Tarjetas inteligentes y teléfonos inteligentes — ¿cómo será el futuro?
Hace solo unos pocos años nadie imaginó que las tarjetas inteligentes sin contacto podrían ser reemplazadas alguna vez. Su popularidad se debía a la conveniencia que ofrecen en seguridad, identificación y variedad de aplicaciones, como control de acceso, de asistencia y horario, o expendio. No obstante, su posición única se cuestiona porque los teléfonos inteligentes actuales pueden hacer más que simplemente llamadas telefónicas y escribir mensajes breves.
Pero comencemos desde el principio. La identificación de radiofrecuencia (RFID) ha existido en una u otra forma desde hace más de 60 años. El origen de la RFID está relacionado con una tecnología similar utilizada por los Aliados durante la II Guerra Mundial, denominada IFF — Identificación de amigo o enemigo (Identification Friend or Foe).
Después de la guerra, científicos e investigadores comenzaron a explorar el uso de RFID para almacenar y transmitir información. El transpondedor pasivo de radio con memoria de Mario Cardullo, patentado en 1973, fue el primer antecesor legítimo de la moderna RFID. Los primeros chips RFID que pudieron implantarse en otros objetos, fueron creados en 1979.
Unos pocos años después, RFID se convirtió en un éxito comercial y en parte de la vida cotidiana. En 1992, LEGIC Identsystems Ltd presentó tecnología de tarjeta inteligente para control de acceso y aplicaciones de identificación en 13.56 MHz. Actualmente predominan esas tarjetas chip de 13.56 MHz, pero no es imposible que puedan ser reemplazadas parcialmente por tecnologías más modernas.
El próximo paso es la virtualización de tarjetas en software que opera en dispositivos tales como los teléfonos inteligentes. La disponibilidad de teléfonos móviles, con su poderosa combinación de interfaces de comunicación, potencia informática e interfaces atractivas para el usuario, tienen un impacto en el mundo actual de la identificación. Además de la comunicación de campo cercano (NFC), que evoluciona desde un casi de uso existente hacia la industria móvil, las tecnologías LAN inalámbrica, Bluetooth y Bluetooth de Bajo Consumo están pasando del mercado de consumo al uso industrial.
Al comunicarse mediante NFC y Bluetooth, los teléfonos inteligentes pueden actuar como tarjetas inteligentes. De modo que un teléfono inteligente se convierte en un instrumento para abrir puertas, un boleto de transporte, herramienta de pago y mucho más. Tarjeta inteligente versus teléfono inteligente es un debate permanente. Ambos dispositivos tienen sus ventajas y desventajas que los convierten en la opción preferida para diferentes tipos de casos de uso.
Por una parte, la identificación móvil es una tendencia primordial. Las ventajas de emitir instantáneamente los derechos de identificación en los teléfonos inteligentes son muy atractivas. Otros beneficios son el ahorro en los costos y la creciente conveniencia para optimizar los procesos de emisión de identificación.
Por otra parte, hay buenas razones por las cuales hay compañías que tienen una credencial en forma de tarjeta. Las credenciales no solo gestionan control de acceso, procesos de expendio y horarios de trabajo, son incluso parte de la cultura corporativa. Una tarjeta con la foto del empleado muestra el compromiso de la persona con su puesto de trabajo. Estoy convencido de que los dos factores de forma, los teléfonos móviles y las tarjetas inteligentes, se mantendrá durante los próximos años. Es un problema de gusto si la persona prefiere tener todas las tarjetas virtualmente en el teléfono móvil o físicamente en la cartera.
En la industria de alojamiento podemos ver cómo las tarjetas físicas y virtuales se complementan entre sí. Por ejemplo, un hotel que utiliza tarjetas sin contacto para el control de acceso a las habitaciones, puede hacer que sea fácilmente compatible con Bluetooth de Bajo Consumo (BLE). Los huéspedes pueden entonces reservar su habitación favorita por adelantado y recibir las llaves directamente en sus teléfonos inteligentes. Tan pronto lleguen al hotel, pueden abrir la habitación sosteniendo el teléfono ante el lector en la puerta. No necesitan chequear en la recepción y esperar por las llaves físicas.
No obstante, siempre habrá huéspedes que no tienen un teléfono inteligente o no les gusta emplear esa tecnología. Estos seguirán abriendo sus habitaciones con llaves físicas. De modo que el hotel sencillamente tendrá tarjetas inteligentes así como identificación móvil. La tendencia del mercado apunta definitivamente hacia la identificación móvil, ya que es muy cómoda por su sencillez, seguridad y sustentabilidad. Pero en mi opinión, las tarjetas inteligentes no serán sustituídas directamente, sino que coexistirán los dos factores de forma.
Fuente Id Noticias
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