Card Tech 101: Materiales avanzados protegen tarjetas de identificación

La identidad puede hacerse valer de muchas maneras diferentes. Dar un toque con una tarjeta para lograr acceso o insertar una tarjeta en un lector para codificar un e-mail son apenas un par de ejemplos. Pero aún la forma más común en que un individuo demuestra su identidad es presentándole a alguien un documento de identificación para su inspección visual. El inspector compara a la persona con la foto en la tarjeta, verifica otros datos y toma una decisión.

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Incluso en este mundo tan electrónico, la amplia mayoría de los documentos de identidad se escanean visualmente antes de otorgar el acceso. Ya sea pasando por la seguridad del aeropuerto, verificando la edad en un bar o visitando una oficina, es muy probable que la tarjeta de identificación sea inspeccionada.

El problema es que la inspección visual solo es efectiva si se puede confiar en el documento de identificación. Si las tarjetas se pueden falsificar fácilmente, el sistema se deteriora rápidamente. Y como la cantidad de licencias de conducir y documentos de identificación falsos que se introducen desde el exterior – confeccionados en garajes o dormitorios – se incrementa, hay que tomar medidas para frenar a los falsificadores.

Esto significa que los emisores de tarjetas y documentos tienen que dar los pasos para asegurar que sean resistentes a la falsificación. Los materiales que componen la tarjeta, su elaboración y personalización deben ser evaluados y seleccionados con cuidado para maximizar la seguridad y durabilidad.

Los emisores de alta seguridad ya están reconociendo esta necesidad y asegurando la confección y los materiales de sus tarjetas, pero otros emisores tienen que tomar conciencia de ello. Los expertos coinciden en afirmar que los riesgos continuarán aumentando y ampliándose en los próximos años.

Creando una tarjeta plástica

Muchos asumen que la tarjeta plástica estándar de tamaño CR80 es una pieza única de plástico troquelada de una lámina grande, pero la verdad es un tanto diferente, señala Pierre Scaglia, gerente de segmento global de Secure Credentials en PPG Industries.

Una tarjeta típica incluye múltiples capas de plástico blanco hecho de cloruro de polivinilo (PVC) con una capa clara de PVC por encima. La capa clara contiene la información variable, tales como foto e información demográfica. La tarjeta también puede incluir un recubrimiento o capa laminada con un elemento de seguridad, como puede ser un holograma añadido durante el proceso de personalización.

Si la tarjeta incluye componentes electrónicos – tales como un chip sin contacto y un sistema de antenas – los mismos están sellados en una lámina de plástico y situados entre las capas básicas de PVC, explica Scaglia.

Tarjetas comunes, comúnmente falsificadas

“Esa tarjeta básica de PVC ofrece niveles bastante bajos de seguridad”, señala Scaglia. Esto quiere decir que pueden falsificarse fácilmente y con pocos gastos.

Las tarjetas de PVC las hay dondequiera, posiblemente gracias a su costo extremadamente bajo. Se personalizan utilizando impresoras de escritorio de fácil adquisición. Esas impresoras, así como las tarjetas PVC y las cintas de impresora pueden comprarse en Internet en un sinnúmero de sitios de venta y de incontables revendedores.

Esto hace que resulten excelentes para crear identificaciones rápidas, convenientes y de bajo costo. Pero también las hace en extremo susceptibles al fraude.

Los materiales compuestos invierten la tendencia del fraude

En lugar de confeccionar tarjetas con capas de PVC, las tarjetas compuestas (en inglés “composites”) tienen capas de diferentes materiales para adicionar funciones avanzadas y combatir a los falsificadores. Las compuestas son la opción idónea para el mercado de documentos de identidad de alta seguridad.

Un compuesto común es un núcleo de Teslin con dos recubrimientos de poliéster, dice Scaglia. El Teslin es un material de sustrato, fabricado por PPG Industries, que se sitúa en el centro de la tarjeta y se personaliza con fotos y otras informaciones. El sustrato de Teslin absorbe los materiales de impresión y laminación, haciéndolos resistentes a la deslaminación y la alteración. También aumenta la durabilidad de la tarjeta y añade amortiguación para proteger mejor los chips, las antenas y otros elementos electrónicos embebidos.

El Teslin también le permite al emisor embeber otros elementos de seguridad en los sustratos de la tarjeta, explica Scaglia. “Existe una variedad de sustratos Teslin que incorporan diferentes funciones de seguridad, tales como ultravioleta y forense”, añade.

El núcleo Teslin generalmente está rodeado de capas de poliéster, que protegen la tarjeta. Las tres secciones están unidas mediante un adhesivo térmico, explica Scaglia. “Las ventajas de esta estructura es que se protege la información dentro del sustrato y una vez allí, no puede alterarse”, añade.

Este tipo de tarjeta también tiene mucha más durabilidad que una tarjeta PVC típica. Una prueba de flexión de durabilidad dio como resultado que la tarjeta compuesta ha de durar 300,000 ciclos de flexión, mientras que una tarjeta PVC dura entre 16,000 y 20,000, señala Scaglia.

Licencias de conducir en todo el país pasan a ser compuestas

MorphoTrust le suministra a 42 estados materiales para la emisión de licencias de conducir, así como asistencia. Según Roland Fournier, gerente senior de programa de marketing en la compañía, hace unos siete años que comenzaron a desplazarse hacia mejores productos de seguridad y mayor durabilidad en función de REAL ID, un mandato federal para lograr mejor protección para las licencias estatales de conducir.

“Observamos que se utiliza una diversidad de materiales, de los cuales Teslin y los compuestos de poliéster representan más de la mitad de las tarjetas que emitimos”, dice Fournier. Otros emplean combinaciones de materiales compuestos, incluyendo policarbonato y poliéster. Señala que solamente seis o siete de sus jurisdicciones de clientes siguen usando tarjetas de PVC de gama baja.

La combinación de materiales permite que los estados logren documentos de 10 años de durabilidad y adicionen seguridad que de otra forma no sería posible, por ejemplo: con grabado por laser.

Seleccionando los materiales de tarjeta en base a los métodos de emisión

Para determinar qué materiales y funciones de seguridad operan mejor, el primer paso es determinar si la emisión se realizará directamente en el establecimiento o a través de una instalación central.

La emisión directa en el establecimiento limita las opciones de seguridad atendiendo al tiempo disponible y a la habilidad de las impresoras de tarjetas existentes en el lugar. La emisión centralizada le brinda más opciones a los emisores, incluyendo grabado por láser, explica Fournier. “Se pueden emplear funciones más sofisticadas cuando se realiza la emisión desde una fábrica”, añade.

La combinación compuesta de poliéster y Teslin se adecúa mejor a las tecnologías de lectura con máquina, dice Fournier. Un grupo de estados todavía tiene banda magnética en sus documentos, lo que puede crear tensión en el documento. En esos casos, se da preferencia a los compuestos de poliéster porque el policarbonato puede rajarse cuando se desliza repetidamente la tarjeta, ya que es un material rígido. Por ello no suele utilizarse con tecnologías para lectura por máquina diferentes de los códigos de barra.

El tipo de material de tarjeta utilizado también determinará el proceso de impresión, señala Fournier. Con las tarjetas compuestas de poliéster y Teslin, los materiales llegan a la instalación central de emisión en hojas grandes generalmente para 12 tarjetas individuales de identificación por cada una. La personalización se realiza en la capa de Teslin, que se fusiona después con el poliéster y se troquela en tarjetas individuales. Esas tarjetas compuestas son muy adecuadas para el grabado por láser, una de las funciones de seguridad más robustas que hay disponibles.

Anteriormente los emisores de licencias estatales de conducir eran reacios a añadir costos a las tarjetas. Esto ha cambiado en los últimos años, ya que los estados han visto la necesidad de hacer más para obstaculizar la actividad de los falsificadores, señala Fournier. En el pasado los departamentos de vehículos motorizados eran centros de ganancias para los estados, plantea Fournier, y por ello estaban motivados a mantener bajos los costos.

“Pero hemos visto que se utilizan materiales más sofisticados para las tarjetas, y además hay una voluntad de invertir más en proteger la tarjeta para mantenerse por delante de los falsificadores”, explica.

MorphoTrust indica que están gastando entre $0.75 y $1.10 por tarjeta, dice Fournier. Los estados también están asegurándose de utilizar múltiples funciones de seguridad en las credenciales, en un esfuerzo por frenar a los falsificadores.

“Los emisores están seleccionando materiales para las tarjetas que permitan múltiples formas de personalización”, señala. “Grabado por láser, ablación por laser y ultravioleta variable en diferentes colores, son métodos de personalización que hacen más difícil una falsificación. Si un falsificador necesita dominar 34 técnicas diferentes de personalización, esto hace que un fraude resulte más costoso y que no esté al alcance del estafador cotidiano”, explica.

Algunas de las funciones visuales de seguridad que los emisores utilizan de forma regular, proceden de ITW Security and Brand Identity Group. La compañía crea productos que funcionan con todos los tipos de tarjetas, incluyendo las tarjetas compuestas, dice Joanne Ogden, gerente de ventas globales para la división de seguridad de ITW.

Los productos Covid y Fasver de ITW son recubrimientos que incrementan la seguridad y detienen el fraude. Covid coloca imágenes holográficas encima de los elementos impresos de la tarjeta, mientras que Fasver permite que se integren elementos impresos visibles e invisibles.

Cuando un nuevo cliente comienza a trabajar con ITW, la compañía observa qué equipamiento tiene el mismo y qué funciones de seguridad trabajan con el equipamiento existente, explica Ogden. Normalmente Covid se usa con materiales PVC, mientras que Fasver es ideal con Teslin, policarbonato y otras tarjetas compuestas. “Trabajamos con una gama de productos, no prevalece un solo material”, señala. “El PVC es el material más antiguo, pero cada vez vemos más Teslin y policarbonato”.

Para muchos, el costo es el mayor detractor respecto al uso de estos nuevos materiales. El grabado por láser puede añadir decenas, si no cientos de miles de dólares en costos adicionales para un proyecto, plantea Ogden. “El costo final de una tarjeta de policarbonato puede ser tres veces mayor que el de una de PVC”, explica.

¿Un futuro de compuestos?

Aún así, cuando se trata de seguridad y de combatir las falsificaciones, puede ser un dinero bien gastado. La única forma de lograr que la inspección visual funcione es asegurar que los documentos de identificación no puedan ser falsificados con facilidad. La confección de la tarjeta, los materiales y las funciones visuales de seguridad son clave para este proceso.

Las identificaciones nacionales, las licencias de conducir y otras identificaciones de gobierno son las tarjetas que suelen utilizar actualmente esos materiales. Otros emisores aún no han mostrado un gran interés en materiales de tarjetas más seguros, que no sean PVC, admite Fournier. “Aún no vemos una adopción amplia en el sector corporativo de estos materiales avanzados”, dice. Pero hay indicios de que eso está cambiando.

Como los bancos estadounidenses están incorporando tecnologías para las tarjetas a causa del cambio hacia EMV, están mostrando más interés en proteger la tarjeta y adicionarle longevidad mediante el incremento de la durabilidad, explica Fournier. Otros emisores, desde las corporaciones hasta las instituciones educativas, están sintiendo también la afectación del fraude, y el alza de esa amenaza es inevitable. Pero como se va ampliando la labor informativa sobre las contramedidas que brindan esos materiales avanzados, el balance entre costo y beneficio se inclina a favor de una mejor seguridad.

Fuente ID Noticias